jueves, 17 de diciembre de 2009
Primer temporal
-Ya pasó el primer temporal de nieve.
-Sí, lo trajo un viento de Siberia.
-A mí me descoloca los muebles.
-¿Cómo es eso?
-Por el huésped.
El paisano mira asombrado a su vecino. Van sentados en la cocina del autobús municipal. Tras una pausa provocada por el desconcierto, ambos prosiguen la charla. "Cuando escucho la palabra Siberia, me imagino un trineo; y claro, oír por la radio 'viento siberiano' y ponerme a apilar los muebles de casa fue todo uno". El receptor, ya en trance de estupor, entra suave: "¡Coño! ¿Por qué apilaste los enseres?". "Te lo acabo de explicar, y no soy de los que repiten las cosas dos veces. Siberia, trineo, armatoste, rincón... hay que dejarle un sitio para que descanse".
"Cierto -responde una aprendiz de lumia-. Mi madre también me dice que deje un hueco en el armario a mi hermana. Estudia en Madrid, pero en Navidades viene a casa, y también debo apilar jerseys y chaquetas...". Con ella va un joven que también interviene: "Lo que te sucede es que eres una egoísta. Tú, al menos, no tienes que dejar la cama -como yo- a un tío soltero. Mi madre no sienta a un pobre a su mesa, pero pone colchón a un cuñado. Es mi cama, y yo me lo tomo bien". "Sí, sí, tú te lo tomas bien porque tu padre te maciza el aguinaldo con cinco euros más", señala un hombre que acaba de llegar a su altura. "¡Arrea! -grita sorprendido el chaval-, ¡es mi tío!". "No te había visto, ¿qué haces aquí, ya?". El pariente, con voz pausada, replica: "¿Qué hago?, ¿que qué hago? Pues venir y marchar. Soy como la Nochebuena. Apenas llega, cuando ya se va."
-Sí, lo trajo un viento de Siberia.
-A mí me descoloca los muebles.
-¿Cómo es eso?
-Por el huésped.
El paisano mira asombrado a su vecino. Van sentados en la cocina del autobús municipal. Tras una pausa provocada por el desconcierto, ambos prosiguen la charla. "Cuando escucho la palabra Siberia, me imagino un trineo; y claro, oír por la radio 'viento siberiano' y ponerme a apilar los muebles de casa fue todo uno". El receptor, ya en trance de estupor, entra suave: "¡Coño! ¿Por qué apilaste los enseres?". "Te lo acabo de explicar, y no soy de los que repiten las cosas dos veces. Siberia, trineo, armatoste, rincón... hay que dejarle un sitio para que descanse".
"Cierto -responde una aprendiz de lumia-. Mi madre también me dice que deje un hueco en el armario a mi hermana. Estudia en Madrid, pero en Navidades viene a casa, y también debo apilar jerseys y chaquetas...". Con ella va un joven que también interviene: "Lo que te sucede es que eres una egoísta. Tú, al menos, no tienes que dejar la cama -como yo- a un tío soltero. Mi madre no sienta a un pobre a su mesa, pero pone colchón a un cuñado. Es mi cama, y yo me lo tomo bien". "Sí, sí, tú te lo tomas bien porque tu padre te maciza el aguinaldo con cinco euros más", señala un hombre que acaba de llegar a su altura. "¡Arrea! -grita sorprendido el chaval-, ¡es mi tío!". "No te había visto, ¿qué haces aquí, ya?". El pariente, con voz pausada, replica: "¿Qué hago?, ¿que qué hago? Pues venir y marchar. Soy como la Nochebuena. Apenas llega, cuando ya se va."
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario