En China

"En China ya ruedan por el Año del Tigre", explica un viajero a otro en el autobús municipal. Al tiempo, aclara que el susodicho felino es signo de prosperidad para los habitantes de ese país asiático. En resumen- interpreta, simultáneamente, el oídor- el año va a resultar de lo más beneficioso para los empresarios chinos, los currantes chinos y los bebés chinos, pues si construyen más rascacielos, más barcos y más, más de todo, los padres tendrán más trabajo y los niños, más juguetes. Je, je. Hay que ver como suelta hilo la cometa.

"Por contra, en esta España nuestra, toca el Año del Ratón; no habrá quien levante cabeza. Estamos en recesión", matiza el supuesto experto en horóscopos y simbologías de lejanas latitudes. Un niño, que hasta ese momento le viene prestando curiosa atención, abre el portal de su pronto y le espeta, sin reparo: "Mi padre tiene prohibido decir en casa la palabra recesión. Es fea y bizca. No nos mola, porque se niega a la liposucción, a la silicona, al estiramiento, a todo"... "Joder, con el crío" exclama, sorprendido, el fulano. "¿Qué es tu padre?" añade, a continuación, mirándole fijo a los ojos. El menor, muy serio, le responde sin titubear: "Es económista y mi madre, cada vez que suena el teléfono, teme que sea uno de los amigos a los que él aconsejó comprar en bolsa". "Y ¿qué dice tu padre de las pensiones?, tercia otro viajero. "No lo sé. Mi padre sólo dice que vamos de puto culo". "Bueno , eso será, porque es del PP", subraya bostezando el sabedor del Año del Tigre. "No señor, mi padre sólo es de mi madre. Ella asegura que no lo comparte con nadie"...

El bus frena, para y abre las puertas. El 'enfant terrible' se apea y uno que presume de oir la tormenta, cuando los rayos aún no se han lanzado en paracaídas de las nubes, reniega en turco de la política. Mejor que nadie lo dijo una vieja portuguesa: "La política es melda y lo que cambian son las moscas". ¡Ah! los truenos, por el momento, siguen embalados en sus cajas de algodón, tiri-tintón, tiri-tintón.