jueves, 18 de marzo de 2010

Metafísica

"Las sutilezas al desván", dice un sujeto al validar el billete en el autobús municipal. El conductor, sin mirarle, responde mecánicamente: "Gracias, buenos días". El tipo toma asiento y sin más preámbulo, pregunta al compañero de asiento:  "Usted ¿se siente libre?". "Ni lo sé ni me importa-responde el interpelado-me acaban de despedir en el trabajo y ¡joder!, no estoy hoy para bromas".

Él, añorante de metafísica a tiempo completo, muda de asiento y una vez sentado, dirige la vista y el verbo al paisano que lleva al lado: "¿Qué pone de buen humor a su señora". El tipo sorprendido, por la interrogación inesperada, contesta educadamente: "Creo que hacer orden en los armarios y llamarme pichón cuando llego a casa y abro la nevera para sacar una cerveza". 


"Vos, sos un boludo" le espeta una argentina, al volverse éste a ella que va de pie, agarrada a la barra. El fulano la pregunta por los bifés de chorizo y el corte, aparentemente, no le inmuta. Salta a la vista que está acostumbrado a que le den tijeterazos y a ser brasa de parrillas ajenas. Instantes después, se oye a una madre prevenir a su hijo: "Luisito, no hables en la calle con los desconocidos". El niño se enfurruña y él, que va de estremecido por la vida, se baja del autobús conjugando en alto: Yo hablo conmigo, tu hablas contigo, él habla consigo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Buscar este blog