Debate

En el autobús municipal -sala rodante de comentarios, cotilleos y ligues- el debate del Estado de la Nación queda tan lejos de los viajeros como el linaje de los moradores de las Pirámides. Sigue ganando por goleada el sueño hecho realidad el domingo: ¡Gol, Gol, Goooooooool! resuena en el almario de pequeños, medianos y grandes. No es afirmación gratuita. Casillas, Iniesta y Villa son los nuevos santos del calendario laico; los nombres que más se repiten a lo ancho y largo del cuatro ruedas por la gente que viaja a bordo. El cazador de palabras ajenas no ha tenido que molestarse en leer digitales ni encender emisora de radio de cadena alguna. Tampoco ha debido parar un segundo ante la caja tonta y, menos, gastarse un 1,20 euros en un diario para saber que el portero de la selección besó a su novia y que España ha conseguido en Sudáfrica ser por primera vez campeona mundial del fútbol. Lo radia, lo parla, lo cuenta cualquiera en el bus, vaya éste a paso ligero o con marcha.
Sólo cuando el susodicho cazador de diálogos ajenos está a punto de llegar a su parada, oye, por fin a dos sujetos que van hablando de eso que ayer mantenía encerrados en el Congreso de los Diputados a los representantes del pueblo.

-Tomás, ayer me senté ante la caja tonta. Estaba convencido de que el presidente Zapatero iba a anunciar una remodelación del Gobierno, tal como pensó también el portavoz de CiU, José Antonio Durán Lleida.
-Si serás masoca.
-Frena tu lengua. Apagué la tele cuando oí hablar a ZP de la reforma laboral y de la economía sostenible. Ahora, por favor, cuéntame otra vez que ganamos el mundial. Gooooooooool.